La Arena cantarina

LA ARENA CANTARINA

Soy un grano de arena
en un desierto…
en el desierto melodioso
de tu espalda,
en el desierto musical
de tu cintura,
en el desierto sonoro
que se extiende
desde la parte interior
de tus caderas
hasta llegar a tus rodillas,
en el desierto locuaz
que se vislumbra
bordeando tus costillas,
en el desierto fragoso
de tu cuello,
en los repliegues desiertos
de tu oreja
donde habitan más cosquillas,
en el suave desierto de tu pelo,
en el desierto de tu frente
y tus mejillas,
en el desierto mudo
de tu boca,
en el desierto luminoso
de tus ojos
donde crecen las semillas,
en el desierto aletargado
de tus manos,
en tus desiertas arenas movedizas,
en el callado mar de tus adentros
que se desborda enmudecido
en sus orillas.
Soy un grano de arena
cantarina
que rodó por las lomas
de tus nalgas
y cayó en el socavón
de una espinilla.